Caes a la vez que mis párpados al dormir, cansados y calientes.
Puedo imaginar el hedor de tu pecho dolorido al irme.
Mañana veré tus dedos incrustados en él árbol en el que me pasaba las tardes leyendo.
Tu prepotente y encantadora sonrisa se borrará al ver que ya no coloreas mis mejillas.
A través de tu ventana veo como te tiras del pelo al no poder acariciar mi pierna.
Te veo sentado en tu cama escuchando a Ed, lastimándote a tí mismo por solo querer carne en vez de sangre.
En el parque al que solíamos ir, el agua del estanque está sucia has perdido el juego, has quemado el papel de fumar.
Me espías tras la estantería de la biblioteca, me ves tan lejos...Y aún apenas rozas el abismo de que me has perdido.
Ya no observarás mi pelo caer sobre mi hombro ahora cae como agujas en tu pajar.
Beberemos para inventarnos nuevas sonrisas o simplemente para atrevernos a llorar.
Ya esta tarde, mi diario quedó vacío y tú tropiezas contra el viento helado.
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