sábado, 3 de diciembre de 2011

Long live

Sola en su habitación
mira los recuerdos no muy lejanos.
Recuerda su primera vez en las nubes, en lo atrevido
en lo divertido y en lo fugaz.
Mira a través de su ventana esperanzada de que la última 
hoja de otoño caiga junto a una mota de nieve.
Quiere que todo se vuelva blanco incluso su mente, para dejarle ir.
Reflexiona con miedo y sin fuerza sobre su futuro.
Miedosa de dar pasos y de darlos en la oscuridad, miedosa de fracasar
a cada intento, miedosa a no servir para nada.
Sorprendida de que un mísero y abundante sol restablezca sus huesos,
sorprendida de que imperfectas notas le hagan sonreír en cualquier instante.
Asustada del amor que siente, de la rabia que le incumbe ante las injusticias.
Asustada de que todo le afecte demasiado.
Orgullosa de su locura, de intentar hacer las cosas bien.
Contenta de tener lo que tiene sin pedir más.
Sonriente ante el amor a su familia y amigos.
Deseosa conocedora de lo extraño, de lo ilógico y de lo lejano.
Con memoria de pez no deja de aprender cada día.
Indecisa se pierde por las enredaderas de opciones.
Admiradora de lo irreal, cada día sueña despierta inventando finales 
felices a sus días.
Demandante de amor a cada segundo y oradora de consejos que no cumple.
Poseedora de suerte que, a veces, ve borrosa.
Sencilla y humilde que en realidad no grita, ni pide nada.

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