a través de las hojas de los árboles.
Su linda nariz notaba el calor y sus manos
manejaban de nuevo la pluma.
Ilusionado, todas las tardes se sentaba en el mismo árbol
esperando a ver sus ojos amarillos en cuerpo de musa para
vestirle con palabras.
Estaciones pasaban y la tinta de la pluma se agotaba,
sin inspiración porque su musa no llegaba.
Cada tarde, se llevaba a casa hojas blancas rellenas de
fracaso y frustración por no poder tejer un vestido enredado en palabras.
Cada noche imaginaba a su musa desnuda y desprotegida solo acompañada de sus ojos amarillos.
Inútil, cada tarde volvía, llenándose las manos de tinta en forma de lágrimas.
Ensimismado sólo cerraba los ojos para ver sus ojos amarillos.
FELIZ NAVIDAD! http://www.youtube.com/watch?v=lfVDM0z14T4
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